La iridoplastia es un procedimiento que se realiza con el láser de argón en consulta, sin necesidad de pasar por quirófano, con el objetivo de favorecer la filtración del humor acuoso y evitar el aumento de la presión intraocular.
Se realiza para tratar glaucomas de ángulo cerrado o estrecho, con la finalidad de intentar abrir el trabéculo en aquellos casos en los que la anatomía del iris tapa la zona de filtrado del humor acuoso (el denominado iris en meseta) y produce así un aumento de la presión intraocular.